EL CHICO DE LA SOMBRILLA 

Y 

ULISES BARRERA

Públicamente muy conocido como comentarista de box, menos como psicólogo social y especialsta en delincuencia infanto-juvenil, tuvo una tan destacada como trascendente actuación en el caso, al salir al paso al mandamás de turno con una visionaria Carta Abierta. Apenas un clic sobre la imagen y baja el archivo comprimido de la edición electrónica en formato .PDF y multimedia.

Ulises Barrera comenzó como tipógrafo en la vieja Editorial Haynes, ubicada en Río de Janeiro y las vías del que fuera Ferrocarril Sarmiento, pleno corazón del barrio de Almagro. El sábado 8 de abril de 1967 sus obligaciones profesionales lo hicieron estar al borde del ring del Luna Park, asistiendo privilegiadamente al despropósito que ocurriría bajo formato pugilístico entre Oscar Bonavena y el negro Hubert Hilton, un ex verdulero de Nueva York traído para cualquier cosa menos para lo que suele llamarse deporte. En similares roles, aunque con otros fines, alentando al ingenioso y muchas veces gracioso mastodonte de Parque de los Patricios, que llegara a pelear po el título mundial de todos los pesos frente a la leyenda llamada Casius Clay, había otros que al día siguiente iban a tener directa intervención en drama, no justamente en papeles estelares. Entre otros, casi toda la barrita que va a matar, que va a contar con la ayuda de un sparring que llegará campeón argentino de los medios pesados, y de la que Ringo también había formado parte en su momento. Un médico deportólogo redondeaba un staff que va a tener roles protagónicos.

El martes 11 de abril de 1967, horas antes que una impresionante y espontánea multitud, sobre todo compuesta por madres, acompañara por última vez a Tito Souto, la edición de El Mundo tenía una Carta Abierta a Valentín Suárez, el ex mano derecha de Eva Perón y flamante intenventor en la AFA que va a trastocar definitivamente al fútbol argentino, donde de manera visionaria dejó escrito la que se venía en este terreno.

Absolutas casualidades, con el tiempo Ulises Barrera y Roberto Perfumo, pariente de Tito Souto, van a egresar con el título de psicólogos sociales del instituto que abrió Enrique Pichon Rivière, un pionero en también en materia de acercar estas disciplinas al deporte. No fueron las únicas confluencias. Tampoco tan casuales como a simple vista quieren aparecer.

La edición electrónica de El chico de la sombrilla, de Amílcar Romero, reconstruye con minuciosidad lo sucedido y lo que se dejó conocer, rescatando lo que quedó sentado en la causa, el testimonio de los tres sobrevivientes, parientes, vecinos, juez, secretario y policía interviniente.